domingo, diciembre 10, 2006

Adios.



Largos días, largas noches, tanta vida dentro de ti.
Sueños cumplidos, sueños frustrados, años vividos, años dormidos.
Me parece tan extraño pensar que ayer existías y ahora ya no estás...
Cuando deja de latir el corazón no dejan de latir los momentos, no deja de pasar el tiempo, tu voz no se apaga para el mundo, ni tu aroma se desvanece, me gustaría saber dónde estás.
Es acaso que vale luchar tanto en una sola vida para cerrar luego los ojos y no volver a despertar?
Es así como se acaba una realidad que traspasó muchas otras realidades paralelas, una realidad que influyó en lo que somos y en lo que seremos mañana, lo que hace pensar que esa lucha sí tiene sentido.
Por todo lo que diste, por todo lo que recibiste, por las sensaciones, por los dolores, por los temores, por los placeres... por vivir, porque cuando cerraste los ojos ví en tu rostro una expresión de que hiciste todo en esta vida y lo único que te faltaba era descansar.
Si tu cuerpo y tú alma descansan, hoy yo soy feliz. Hasta pronto...