miércoles, enero 03, 2007


Un nuevo año casi siempre se inicia con grandes esperanzas y sueños por cumplir, pero a medida que éste va avanzando poco a poco decaemos y vamos dejando atrás nuestros proyectos, todo por un cansancio que se va acumulando, por el estrés, o simplemente porque estamos muy ocupados como para detenernos y revisar si estamos viviendo al servicio de nuestros sueños.
Es como cuando vamos creciendo, cuando éramos niños todo podía ser posible, sin embargo el paso del tiempo pone nuestros pies en la tierra y muchas ilusiones se desvanecen, es lo que llamamos realidad.
Un nuevo año es como nacer otra vez y cambiar de piel, los primeros meses son la niñez, en el verano todo es bueno, todo es posible de realizar en los meses que vendrán, pero el tiempo sigue pasando y progresivamente vamos poniendo los pies en la tierra, ya que aparecen obtáculos y problemas, es así como llegamos a diciembre en un estado penoso, cansadísimos y molestos por las cosas que no fueron posibles de realizar a lo largo de la vida de este año, sacamos conclusiones, hacemos balances, en fin, pero ya no hay mucho que hacer, solo esperar que termine.
Así sigue, todo otra vez, es realmente valioso poder renacer con el inicio de cada año, pero es muy importante tener la fuerza y la confianza en uno mismo para poder llevar un rítmo más o menos equilibrado durante 12 meses, lo que significa un gran trabajo, algo muy personal pero en donde influye todo a nuestro alrededor.
Simplemente es algo que no podemos detener, complejamente podemos aprender de cada día.