miércoles, febrero 21, 2007

Stop!

No se puede, o más bien no es sano vivir a mil por hora, pero el tiempo tiene la capacidad de consumirnos, y hacernos caminar sin mirar atrás ni al lado, solo hacia adelante.
Si por solo un instante en aquellos días abrumadores, nos detubieramos a pensar en cómo estamos viviendo nuestra vida, sí que nos daríamos cuenta que ésta pasa y pasa, y que miles de veces hemos dejado pasar momentos maravillosos, simplemente porque tenemos que cumplir.
Ir más lento no significa dejar de lado ciertas obligaciones, sino disfrutar de cada segundo y valorarlo por ser lo que es, un destello de felicidad.
No quiero que pase mi vida por delante mío y no haber tenido el papel principal en ella, no quiero sentarme a esperar que pase y solo mirar como secede, eso es lo que quiero decir con ir más lento, no me quiero equivocar por siempre ir corriendo y creyendo que todo está bien.
Respeta la velocidad, evita accidentes.

4 comentarios:

CAROLEIA dijo...

Lamentablemente me he perdido maravillosos momentos por mi afán de ver llegar luego el tan nombredo "futuro", cada día que pasa estoy más cerca y más lejos. Pero tienes toda la razón, hay que desacelerar un poquito la máquina y ver que nos rodea, puede incluso que sean cosas mejores que ver llegar el futuro.
Gracias por tu visita .. pasaré por estos lados a menudo ...

José Antonio Tovar dijo...

Es verdad, hay que disfrutar cada momento de nuestras vidas como si fuera el último. El presente es lo único que tenemos...el pasado sólo es recuerdo y el futuro no sabemos si llegará. Gracias por tu visita. Un beso.

Anónimo dijo...

Hace un tiempo escribí un post sobre este tema. Parte de él decía:

"La idea es sencilla: buscar el ritmo adecuado para cada cosa. Hasta ahora sentíamos en las entrañas que algo iba mal, pero seguíamos acelerando por miedo o inercia. Aunque cada vez hay más gente que reaprende a cambiar la velocidad. Y, cuando lo hace, ve que la vida no desaparece, sino que se relaciona, come, trabaja y practica sexo mejor. La mejor manera de aprovechar la vida es desacelerar. La prisa ha colonizado incluso el ocio. Cuando tenemos tiempo libre, corremos para llenarlo de ruido y distracción. Quizá la evasión sea una forma de evitar las grandes preguntas. Entonces empecemos a caminar, a hacer pausas en el trabajo, a apagar la tv, a meditar, a dedicar más tiempo al sexo y a no consumir comida rápida.

¿Quién ganó la carrera, la tortuga o el conejo?"

Interesante!!

Cariños Ale.

poetarafa dijo...

El ritmo no se tranquiliza, con el frenético calor de la ciudad, mas la fría nube de una mano amiga, ralentiza todo lo que tu interior no pudo calmar.

Ya, muchos versos por hoy, Chao, besits.